Montañas

-No seas estúpida humana ¿Acaso estás jugando conmigo?-Digo mirándola de reojo cruzándome de brazos, aún malhumorado.

Me acerqué al agua lentamente tomando un poco de esta, tirándome de cabeza y saliendo del agua a los segundos transformado en dragón y surcar los cielos un rato.

Observé omo el chico se volvía dragón y empezaba a volar. Era mi oportunidad de irme de allí.
Comenzé a caminar entre las rocas tratando de salir de la montaña cuando mi pié queda atascado entre dos piedras. -No no me hagas esto- susurré bajito, no podía creer lo que me acababa de pasar!

-Vamos pie sal de ahi!- trataba de sacarlo pero cuanto mas me movía mas trabado quedaba mi pié -mierda!- susurré -definitivamente hoy no es mi día-

Rugí muy fuertemente al notar como intentaba escapar. Lo llevaba muy claro si quería escapar de golpe de este lugar, habían muchas rocas sueltas y como la pifiase se le quedaría la pierna bajo una de estas piedras y poderle causar males mucho mayores.

Escuché el rugido y me puse más nerviosa. -sal pie sal sal sal sal sal!- no paraba de decir eso en voz baja. Mi cuerpo temblaba y una lágrima empezó a recorrer mi cara.

-Por favor sal!- en ese momento mi pié salió y un gran alivio recorrió mi cuerpo. Pero esa sensacion grata no duró mucho en cuanto sentí que el dragón estaba muy cerca mio. No me animaba a voltearme, por lo que me quedé quietesita.

Lentamente me fuí acercando hacia la humana, mi piel azabache resaltaba por los rayos del sol y mis grandes colmillos se hicieron ver cuando abrí mi boca, estaba bostezando aunque parecía más que estaba apunto de volver a rugir.

Me hice a un lado aparcándome en las montañas y me tumbé, esperando a que la humana se subiese al lomo, empezaba a oscurecerte, y este lugar se inundaba hasta un poco menos de la mitad... No era seguro quedarse aquí.

Abrí uno a uno mis ojos para observar al dragón. No podía creer lo que hacía. El animal pareció tumbarse y hacerme seña para que me suba a él. Ya estaba perdida, no podía salir corriendo ni tampoco podía gritar o pedir ayuda. Así que sin pensar accedí.

Me subí al lomo del animal y me aferré con fuerza -asi?- pregunté tímidamente esperando hacer las cosas bien

Rugí levemente y aleteé con mis negras y enormes alas alzando el vuelo y largándonos del lugar, no quería ver como una humana manchaba las limpias aguas y el bonito lugar donde nací, me crié y defendí...

El dragón empezo a mover sus alas y yo me aferré fuerte a él -dios mio!- exclamé al ver que nos separamos muchisimos metros del suelo.

El corazón me latía fuerte, una gran cantidad de adrenalina corría por todo mi cuerpo. hasta que reaccioné -estoy volando!- dije y una gran sonrisa se dibujó en mi rostro.

No cerré mis ojos ni por un segundo y noté a lo lejos como se veía mi hogar, el lugar en donde yo soy princesa: Nanetten

Llegué hasta mi hogar y me tumbé sobre la fría nieve de lo más alto de estas montañas, entré en una caverna y rápidamente esta cogió una temperatura bastante estable, bastante agradable. Cerré lentamente los ojos, durmiendo.

Gruñí levemente al oír a alguien hablar, era el único que estaba por este lugar... Solo conocía a una dragona con vida... Y hacía tiempo que no la veía.

Gruñí levemente, pero no un gruñido de fastidio, si no que hacía mucho tiempo que alguien no acariciaba mis pulidas y duras escamas.

-Tampoco creo que dé tanto miedo, ¿No?-Murmuro, una voz grave, anciana, sabia hacía eco por la cueva. Abrí lentamente los ojos mirando a Yiatxia.

-Bueno, eso sí que lo veo más normal...-Murmuro abriendo lentamente la boca, dejando que viese mis afilados y grandes dientes.

-¿Acaso te he dicho que quiero, o voy a asustarte? Mis intenciones ahora no son esas. Sólo quería que vieses lo afilado que puede estar un buen colmillo de dragón...-Murmuro suavemente dejando caer mi mandíbula hasta cerrar la boca de nuevo, cerrando lentamente los ojos.

-He llevado a mucha gente bajo mi lomo, el otro día llevé a Luz, el mar se alza varios montones de metros antes de llegar casi a la mitad de estas montañas. Si no la llego a sacar aquí bajo mi espalda, moriría aquí...-Murmuro suavemente, también llevé a más gente de otras razas distintas.