La Fuente

Salí de mi empane, poniendo una mano en la frente, suspirando. Jamás entendería a esta chica... Ella quería conocer de mí, y yo no quería que nadie conociese nada de mí... Así se me haría más que difícil su compañía...

Quedé en silencio por un largo rato al ver que el chico no contestó con palabras sino que con el gesto de llevar su mano a su frente. Le estaba aburriendo demaciado xD.

Le acerqué la fuente de fruta por si quería comer algo más y yo me paré y me dirigí a la orilla de la fuente. Miré un rato el agua y luego me dejé caer hacia ella. Quedé en el agua sosteniendome de la orilla pero dejando que el resto de mi cuerpo flotase.

Veo como deja el cuenco de frutas aquí a mi lado y negué con la cabeza, ¿Por qué demonios era así conmigo? Debería de odiarme por haberle echo eso a Yiat, o por otra de las cosas que he echo no sé... Suspiro levemente volviendo a cerrar los ojos

Mi cuerpo flotaba tranquilamente y a lo lejos observaba al extraño chico dragón. Mis ojos se cerraron como queriendo descansar, aunque sería difícil que me duerma en el agua.

Segundos después siento que algo roza mis piernas. Metí mi cabeza en el agua y abrí mis ojos pero no vi nada. -Que raro!- pensé en voz alta.

Apenas volví a mi relajante posición cuando algo me tira hacia abajo, no sabía que era pero había tomado con fuerza mi pierna y me jalaba al fondo de la fuente. Un grito salio de mi boca -Ahh!!!- No sabía que era lo que me jalaba pero me estaba lastimando, me aferré con fuerza del borde pero no sabía cuanto más aguantaría

Oí a la humana hablar, pero no le dí importancia, es más. Al poco se ve que estaba gritando, yo me hice el dormido, no quería salvar a nadie ahora, ya lo hice antes, en donde vivía yo, y en el hogar de los feéricos, esta vez que se salve por sí misma

Me jalé con mas fuerza a la superficie pero no podía safar! Que era esa cosa? No quería gritar, no quería verme débil.

Sentí mi pierna muy dolorida, luego de un gran rato de lucha la cosa me soltó y salté hasta la superficie alejandome unos metros de la fuente.

Me siento en el suelo y compruebo que mi pierna está lastimada con una gran herida que sangraba. Estaba agitada y respirando muy fuerte. Estaba empezando a pensar que este chico dragón era mi amuleto para la mala suerte

Me giré un instante al oír movimiento al costado mío y ví una buena herida que se hizo en la pierna, seguramente perdería bastante sangre por ahí. Sonreí levemente, cosa muy, pero que muy extraña en mí... Acerqué mi mano a su herida desde el principio y pasé mi mano tocando su herida, hasta el final, la herida dejó de sangrar, y poco a poco la carne volvía a cerrarse hasta quedar como si no se hubiese echo nada. Dejé de sonreír volviéndome a tumbar sobre es césped cerrando los ojos.

Una vez en el suelo el chico dragón se acercó y como por arte de magia fue cerrando mi herida a medida que la tocaba. Comenzé a temblar al sentir su mano en mi pierna ya que no entendía nada.

No me moví hasta que el chico volvió a acostarse en el pasto. Cuando volví en mí ya no sentía ningún dolor en mi pierna. Por qué siempre me pasaba algo cuando estaba este chico cerca?

Me paré de mi lugar y me acerqué a él -como hiciste eso?- pregunté en voz baja

-¿Conoces a esos caballos con cuerno en el entrecejo llamados ''unicornios''?-Le pregunté mientras bostezaba levemente poniendo mi mano en la boca, un poco aburrido.

-Pues... Me encontré con uno de ellos hace más de mil años, osease... Que los dioses contaban conmigo para que ayudase a los seis, para luchar contra el séptimo y sus sherks, creo que tu pequeña cabeza no entendería esto...-Digo mientras me giraba a ella y clavar mi tétrica mirada sobre sus ojos; unos ojos blancos grisáceos, daban bastante miedo, eran extraños.

-Porque eres una humana, pero no lo tomes en cuenta. Soy así con todos, no creo que seas estúpida cuando yo me porto así con cualquier persona que encuentre...-Murmuro mientras separaba mi mirada de ella y miraba el cielo; pues tenía razón, siempre era así, excepto con mis congéneres dragones.

Bostezo levemente entrecerrando los ojos lentamente, me estaba durmiendo otra vez, y la humana se volvió a quedar dormida... Odiaba este sitio, pronto me volvería a casa o a buscar algo de pelea, que seguro que esto es mucho mejor que echarse la ona durante un largo tiempo...

Decidí levantarme del lugar, buscando algún lugar con sombra, me estaba dando toda la calina en la cara y me estaba empezando a hartar de tanto calor, y empezaba a sudar. Me apoyé sobre un árbol pero... Mi relajación casi ni empezó; alguien se puso a hacer el gilipollas alrededor mío y me ató al árbol y rodé los ojos al ver quien era; Yiat, si quería que rematase la tarea, lo haría.

-Sabes que me puedo deshacer de esta mierda cuando quiera... ¿Por qué haces esto? :rollback:

Off; Me paso tu insdestructibilidad de la cuerda por la polla, no existe esa cuerda ¬¬

-No me seas imbécil, cuando quiera, lo haría, no existe cuerda que pueda parar a un dragón... Pero bueno. ¿Si querías jugar, por qué no me lo dijiste antes?-Digo ladeando mi sonrisa, si quería morir, estaba en el lugar y el momento adecuado, la haré sufrir como una perra...

-Claro, según como perturbes al otro, y... Acuérdate, que como me molestes mucho te voy a matar, te encontraré y te juro que te mataré en nombre de mi dios...-Digo rodando los ojos, la verdad es que me importaba un bledo lo que me dijese.

-¿Ah, sí? Sorpréndeme...-Digo haciendo una mueca de asco y odio mirando a Yiat, mucho hablar, poco morder... Es como el dicho del perro.

Seguí mirándola con odio, asco... Muchos factores, muchísimas cosas juntas, luego se acercó a mí, estaba extrañado, y derrepente... Me besa, intento desaflojar las cuerdas haciendo bruscos movimientos, pero estaba bien atado, cuando se separó escupí al suelo varias veces seguidas, con mucho asco, y cada vez más odio dentro de mí.

-No juegues así conmigo si no quieres morir...-Murmuro con un tono de ira bastante asustadora. Se estaba ganando una muerte lenta y dolorosa...