Palacio de Cristal

Me relamí suavemente los labios colocando mis labios de nuevo en su lugar, quién diría que la ex reina de los sheks seguiría con vida, o vendría a fastidiar en este lugar... Levanté suavemente mi mirada hasta la tres presentes, observando como Yiatxia se acercaba a Zissel. ¿Un dos contra uno...? He llegado a matar todo un nido de sheks yo solo. No me importaba cuantos fuesen, solo que... Todo el que ayudase a un shek se convertiría en uno de mis enemigos, pero bueno, Yiat no sabe lo que hacía, pero no la iba a perdonar de todos modos.

-¿Qué hace una patética ex reina en estos lares... Zissel?-Murmuro mientras me cruzaba lentamente de brazos y mis labios volvían a temblar suavemente sonriendo un poco, mirándola.s

-Tan solo evitamos que este mundo se llenase de... Criaturas inmundas, de engendros, de basura... Tan solo le hicimos un favor a este lugar exterminando casi vuestra raza...-Digo de forma auto suficiente mientras me quedaba quieto, mirando a Zissel, ¿No acabaron con ella? Zissel era realmente poderosa, tanto, o más que yo, pero no tenía miedo, nunca me enseñaron a tener miedo ni a suplicar por mi vida, y nunca lo haría.

-Me importan tres nabos tus amenazas... Lo mismo me dijísteis cuando entramos en vuestro nido desprotegido y arrasamos casi toda vuestra raza... Y mírame, aún sigo con vida... Quizás no te mate ahora, pero no te quedarán muchos días de vida, ten cuidado con lo que haces-Digo mientras me daba la vuelta, no iba a montar una carnicería en este lugar y desparramar los sesos de todos los que estaban aquí adentro, al menos no hoy.

-Todos sois razas inferiores... Casi exterminamos a vuestra raza. Y si hace falta, yo terminaré este trabajo... Que por cierto, acepto esa guerra, que casi termina con el exterminio de tu raza...-Murmuro mientras me iba por donde había venido. Me daba igual que me cortasen el cuello tras exterminar a todos los sheks... Nunca dejaría que uno de ellos fuese amigo de ninguna otra raza.

Cuandos salí definitivamente del palacio de cristal, me convertí de nuevo en dragón tal y como vine, alcé el vuelo largándome del lugar cogiendo velocidades de vértigo.